domingo, 5 de abril de 2009

JTP o el jodido transporte público

Hoy he cometido un gran error, y es que se me ha ocurrido montarme en una villavesa. Bien, no me quedaban más cojones, ya que estaba agotado y tenía que ir desde Villava a Mendebaldea, pero para colmo los dos asientos unipersonales de la parte delantera de la villavesa estaban ocupados, y me he ido a la parte de atrás. Craso error, de nuevo. En la siguiente parada, se ha montado un trío de gitanillos de unos 15-16 años. Claro, consideraban indigno sentarse juntos, así que uno se me ha sentado enfrente, el otro detrás y el tercero a un lado, y entonces cada uno se ha sacado su móvil y se ha puesto su música a tope. Debe ser lo que se lleva ahora, porque los ecuatorianos de ropa holgada y gorras de "me creo rapero" hacen exactamente lo mismo. Bueno, exactamente no, ya que este trío de gitanos lucían sus típicas greñas y sus típicos chándales de a duro la veintena, y no llevaban en el móvil más que rumbas flamencas. Si no hubiese estado de mala hostia en ese momento, me habría partido la caja, me habría reído en sus narices, porque aquello ya parecía sacado de una película, cuando comenzaban a cantar, palmear e incluso bailar como si aquello fuese el summun y el apoteosis musical, se encendían unos porros para disfrutar las canciones aún más y se decían "pásame la canción de la mama" y frases de esa índole. Luego, tal y como hace un huevo de gente , se han bajado a las dos paradas de, a doscientos metros de donde se habían montado. Porque la gente es así. Cuando se han bajado los mini-gitanos, toda la villavesa ha girado la cabeza para mirarme a mí como si quisiesen una explicación, y como lo único que han obtenido ha sido una mirada hostil, han comenzado a comentar y se reirse por lo bajini de la situación, y se han quedado mirando por la ventana a los gitanos como si fuesen especimenes en observación. Lo malo es que aquello parecía el autobús multicultural, con un negro, un moro, una china, una japonesa, y un coreano, y rezo a nuestro poderoso ateísmo para que lleven por aquí el tiempo suficiente como para comprender que la escena que han presenciado no es "typical spanish state", aunque si han visto suficiente cine pensarán que aquí lo típico es dejarse bigote de maricón y llevarse el traje de torero incluso a la guerra.

Y entonces, cuando la calma que producen los silenciosos extrangeros me estaba haciendo olvidar por qué odio la villavesa, se me han tenido que sentar enfrente dos pavas que podrían tener 16, 17 años, aunque lo mismo daría decir 12. Y cómo no, una de ellas ha tenido que sacar el móvil para llamar a una tercera, claro. Primero dejadme aclarar que he tarareado mil canciones mentalmente, pensado en trabajos de clase, etc., para no hacer caso de la conversación, pero no ha habido manera y me he tenido que enterar de todas sus tonterías. Como decía, ha llamado a la amiga, a cobro revertido, manda huevos, y ha comenzado "sí, tía, le hemos dicho al fugas (algún chulito gilipollas que proliferan hoy en día, y que se habrá puesto el mote a sí mismo, me juego la mano derecha, y ojo, que mi vida sexual va en ella) que le gustas, y el ha dicho q estaba interesado pero que está saliendo con otra... ¿Ah, que no te acuerdas de lo que hiciste ayer?" Y entonces la tía se ha pegado diez minutos de reloj explicándole a la otra por teléfono todo lo que había pasado la noche anterior, que habían salido quince tías y que catorce se habían puesto de chungazo, que dos de ellas se habían pegado, que algunas de ellas son unas zorras que le habían dejado el marrón de cuidar a la de mayor chungazo ella sola y encima con recochineo "ahhh, que agusto me voy a la cama", y otros siete minutos para enumerarle todos los sitios a los que la habían llevado buscándole donde dormir y el triple de sitios en los que había potado. Y después de todo el lío, resulta que para las 2 de la mañana ya estaban en casa. En resumidas cuentas, prácticamente ha firmado una declaración en la que decía "yo y mis amigas somos una panda de zorras, y nos ponemos hasta el culo de kalimotxo para sentirnos más guays pero a los dos vasos ya estamos de txungazo y pa las dos en casica porque al final no podemos evitar ser unas putas criajas que se creen mayores". Entonces me han dado ganas de potar a mí del asco que da la juventud de hoy en día, y es que lo da, lo diré a pesar de sonar como un puto viejales, y además cada vez que viajo en la villavesa (cosa muy muy muy excepcional) siempre hay un grupo, no falla, un grupo de gilipollas que me lo recuerda.

Por eso os digo: eh, que le jodan al transporte público; si quieres ir a algún lado, te vas a pata, que ni contaminas, ni te contaminan.
 

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